domingo, 28 de octubre de 2012

Xantolo


XANTOLO

Día de Muertos




Dentro de la región de la Huasteca Hidalguense se celebra el día de muertos como pocos lugares en nuestro país. El Xantolo  (palabra introducida al náhuatl por la deformación de la frase lanita festiumominum sanctorum, que quiere decir fiesta de todos los santos), la tradición más importante de esta región, la cual aún se mantiene muy arraigada. Este peculiar culto a los muertos, en el que se les recuerda y venera de manera especial.



Acompañada de danzas, cantos y típicos platillos, la celebración del Xantolo o Día de Muertos en la Huasteca Hidalguense se caracteriza por la devoción, el esmero y la unión con que los habitantes de las pequeñas comunidades que esperan la llegada de sus familiares y amigos que ya no se encuentran con ellos.

                                   


                                                             Xantolo en la Huasteca Hidalguense                   



Historia


HISTORIA

Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido, y no por su comportamiento en la vida.
De esta forma, las direcciones que podrían tomar los muertos son:
El Tlalocan o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia. A este sitio se dirigían aquellos que morían en circunstancias relacionadas con el agua: los ahogados, los que morían por efecto de un rayo, los que morían por enfermedades como la gota o la hidropesía, la sarna o las bubas, así como también los niños sacrificados al dios. El Tlalocan era un lugar de reposo y de abundancia. Aunque los muertos generalmente se incineraban, los predestinados a Tláloc se enterraban, como las semillas, para germinar.
El Omeyocan, paraíso del sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra. A este lugar llegaban sólo los muertos en combate, los cautivos que se sacrificaban y las mujeres que morían en el parto. Estas mujeres eran comparadas a los guerreros, ya que habían librado una gran batalla, la de parir, y se les enterraba en el patio del palacio, para que acompañaran al sol desde el cenit hasta su ocultamiento por el poniente. Su muerte provocaba tristeza y también alegría, ya que, gracias a su valentía, el sol las llevaba como compañeras. Dentro de la escala mesoamericana de valores, habitar el Omeyocan era un privilegio.
El Omeyocan era un lugar de gozo permanente, en el que se festejaba al sol y se le acompañaba con música, cantos y bailes. Los muertos que iban al Omeyocan, después de cuatro años, volvían al mundo, convertidos en aves de plumas multicolores y hermosas.
Morir en la guerra era considerada como la mejor de las muertes por los Mexicas Para ellos, a diferencia de otras culturas, dentro de la muerte había un sentimiento de esperanza, pues ella ofrecía la posibilidad de acompañar al sol en su diario nacimiento y trascender convertido en pájaro.
El Mictlán, destinado a quienes morían de muerte natural. Este lugar era habitado por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte. Era un sitio muy oscuro, sin ventanas, del que ya no era posible salir.
El camino para llegar al Mictlán era muy tortuoso y difícil, pues para llegar a él las almas debían transitar por distintos lugares durante cuatro años. Luego de este tiempo, las almas llegaban al Chicunamictlán, lugar donde descansaban o desaparecían las almas de los muertos. Para recorrer este camino, el difunto era enterrado con un perro llamado xoloescuincle(raza canina sin pelo), el cual le ayudaría a cruzar un río y llegar ante Mictlantecuhtli, a quien debía entregar, como ofrenda, atados de teas y cañas de perfume,algodón (ixcátl), hilos colorados y mantas. Quienes iban al Mictlán recibían, como ofrenda, cuatro flechas y cuatro teas atadas con hilo de algodón.

Detalle de un altar de muertos.
Por su parte, los niños muertos tenían un lugar especial, llamado Chichihuacuauhco, donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche, para que se alimentaran. Los niños que llegaban aquí volverían a la tierra cuando se destruyese la raza que la habitaba. De esta forma, de la muerte renacería la vida.
Los entierros prehispánicos eran acompañados de ofrendas que contenían dos tipos de objetos: los que, en vida, habían sido utilizados por el muerto, y los que podría necesitar en su tránsito al inframundo. De esta forma, era muy variada la elaboración de objetos funerarios: instrumentos musicales de barro, como ocarinas, flautas, timbales y sonajas en forma de calaveras; esculturas que representaban a los dioses mortuorios, cráneos de diversos materiales (piedra, jade, cristal), braseros, incensarios y urnas.
Las fechas en honor de los muertos son y eran tan importantes que les dedicaban dos meses. Durante el mes llamado Tlaxochimaco se llevaba a cabo la celebración denominada Miccailhuitontli o fiesta de los muertitos, alrededor del 16 de julio. Esta fiesta iniciaba cuando se cortaba en el bosque el árbol llamado xócotl, al cual le quitaban la corteza y le ponían flores para adornarlo. En la celebración participaban todos, y se hacían ofrendas al árbol durante veinte días.
En el décimo mes del calendario se celebraba la Ueymicailhuitl o fiesta de los muertos grandes. Esta celebración se llevaba a cabo alrededor del 5 de agosto, cuando decían que caía el xócotl. En esta fiesta se realizaban procesiones que concluían con rondas en torno al árbol. Se acostumbraba realizar sacrificios de personas y se hacían grandes comidas. Después, ponían una figura de bledo en la punta del árbol y danzaban, vestidos con plumas preciosas y cascabeles. Al finalizar la fiesta, los jóvenes subían al árbol para quitar la figura, se derribaba el xócotl y terminaba la celebración. En esta fiesta, la gente acostumbraba colocar altares con ofrendas para recordar a sus muertos, lo que es el antecedente del actual altar de muertos
Desde antes de la llegada de los españoles, antes de que la religión católica fuera impuesta en Mesoamérica, muchas de las culturas prehispánicas tenían la creencia de una vida después de la muerte. Por ejemplo, de acuerdo a Luis Ramos, en su libro Culturas Clásicas Prehispánicas en la cultura maya, cuando una persona moría, su alma iba al “inframundo” (conocido por ellos como Xibalbá). Según sus creencias, para llegar a este lugar, las almas debían de cruzar un río con la ayuda de un xoloitzcuintle (raza de perro); es por eso que dentro de los ritos funerarios de los mayas se encontraba el de enterrar a un perro de esta raza junto con la persona fallecida, de lo contrario, correría el riesgo de no llegar a Xibalbá y quedarse en el camino. Después, esta creencia se vio reafirmada con la introducción a la cultura de la religión católica; de acuerdo a la religión católica (religión predominante en México) existe la idea de un cielo y un infierno a donde las almas se dirigen cuando uno muere (dependiendo de su comportamiento en vida), es decir, la creencia de una vida después de la muerte.

Fechas

Fechas

En cualquier región del país se tiene la costumbre de ir a los cementerios para celebrar los Días de Muertos o Fieles Difuntos el 1° Y 2 de noviembre. 


Arco

Arco

Angelitos
Dentro de la costumbre de realizar arcos, se tiene la creencia de que el 31 de octubre se recibe a los chiquitos o angelitos y a ellos se les coloca en la ofrenda juguetes, dulces, chocolate y detalles infantiles además de quemarse cohetes y copal. Su arco es más pequeñoAdultos
El 1 de noviembre se recibe a los difuntos adultos y de igual manera en la ofrenda se coloca la comida favorita del difunto, su bebida, pan de muerto, chocolate, fotografías, entre otras cosas. El tamaño del arco es más grande, es el que se coloca regularmente en las casas.
Todos santos
 El 2 de noviembre es el día de todos los santos y el día 3 es el día de la bendición; día de la despedida. El 2 de noviembre se recibe a todos los fieles difuntos y se prenden cohetes para avisar que se está ofrendando. Se hacen rezos. A la gente que está de visita en alguna casa se le ofrece comida de la ofrenda porque se tiene la creencia de que esa persona que está de visita es como si tomara el alma del difunto y estuviera allí para recibir sus alimentos.






Señoras

Arco

Preparativos.


Preparacion


Al ser esta la fiesta más importante del año para los habitantes éstos se preparan con meses de anticipación para recibir a sus difuntos. Comienza con la siembra de maíz y de la flor de cempaxochitl en donde participan los hombres de familia. El 29 de septiembre, día de San Miguel, se destina para ofrendar los alimentos que se ofrecerán a los difuntos.
Para ofrendar se colocan en el altar los tamales calientes de variados rellenos, que van desde fríjol, carne de res y cerdo, diversos guisos, los dulces como el de calabaza, camotes, frutas y aguas frescas. El aguardiente ocupa un lugar muy especial en las tradicionales fiestas de Todos Santos, pues se utiliza como obsequio cuando se visita a la familia, ya que durante la fiesta de Xantolo los familiares acostumbran visitarse, obsequiarse alimentos y convivir durante buena parte del día.Los pobladores de estas comunidades acostumbran colocar a la entrada de sus hogares caminos hechos con “flores de muertos” que conducen a las almas de los difuntos hacia los altares, que se han provisto para ellos, de tal manera que las almas visitantes no se extravíen; además de echar cohetes, que significan que se está ofrendando a los difuntos. 



Los Arcos.


Arcos

Parte fundamental de la ofrenda son los arcos, elaborados con flores de cempoaxochitl, los cuales simbolizan, en primera instancia, la conexión que se establece del más allá con nuestro mundo real. Desde el 30 de octubre inicia el festejo con la “construcción del altar”, para lo cual se utilizan varas y palos de aquiche, a los que dan forma de un arco que cubren con flores de cempoaxochitl y mano de león (flor de color morado). Son adornados con máscaras de madera, fruta, comida, pan de muerto y figurillas de barro
En lo alto del altar se cuelga “el pan de muerto” en forma de muñeco. Este alimento cumple varias funciones, pues se usa de ofrenda y es la representación de los seres ya fallecidos. Igualmente, frente al altar coloca un tronco de la planta de plátano conocido como chieve el cual es sostenido por cuatro estacas delgadas para levantarlo del suelo. En él colocarán las velas durante toda la fiesta.
La gente gasta mucho dinero en esta elaboración, sin embargo aunque no posean grandes ingresos, todos están dispuestos a gastar para celebrar y recibir a los difuntos.
  

Partes del Arco

Los altares de muertos varían en concepción y materiales según la influencia cultural de la región donde se elaboran. Es difícil decir cuál estilo es más bonito o interesante, pues cada uno tiene lo suyo. Veamos un ejemplo del altar de muertos que se hace en la Huasteca (sur de Tamaulipas, norte de Veracruz, norte de Hidalgo y oriente de San Luis Potosí), donde la influencia indígena tének (huasteca) y nahua es muy fuerte y representativa.
El altar huasteco suele estar dedicado a Xantolo, tal vez la deidad más importante en la mitología huasteca. Dicho altar presenta varios elementos que se remontan a las raíces ideológicas y creencias mitológicas prehispánicas, aunque en su conjunto es un elemento mestizo que incluye un sincretismo religioso huasteco con el catolicismo actual.
El arco: éste se confecciona con hojas frescas de limonaria y flores de cempasúchil. La parte superior representa al ciclo del sol como dador de luz y vida. En la parte central se colocan algunas imágenes religiosas que entre los huastecos suelen ser la Santa Cruz y la Virgen de Guadalupe. Aquí, la intención es que a esta virgen u otro santo se le pida por el descanso de los difuntos. A un lado se colocan las fotografías de los difuntos que son recordados en estas fechas.
La mesa: aquí se colocan los objetos de recepción, es decir, ofrendas para dar la bienvenida a las ánimas. Tales ofrendas consisten en varios elementos convencionales, como bebidas, cigarros, tamales, naranjas o mandarinas, dulces, la tradicional calavera de azúcar y, sobre todo, el pan de muerto. (En muchos pueblos huastecos este pan tiene forma de un monito y se coloca ya sea junto a las demás ofrendas o colgándolo del arco; la creencia indica que el monito sirve como “distracción”, es decir, se pone para que los difuntos no se confundan y no se lleven a quienes todavía gozan de esta vida.)
El piso: al pie de la mesa se coloca un trozo de bambú o de carrizo grueso que lleva unos orificios donde se sientan las velas que darán la luz para fungir como guía visual para las ánimas. Frente a las velas siempre va un pequeño incensario que debe arder a todo momento, ya que el aroma del incienso y la mirra tiene la función de ser la guía olfativa y etérea para los difuntos.Al frente aparece el sendero de las ánimas hecho con pétalos de cempasúchil, cuyo objetivo es dirigir a las ánimas en su retorno para estar entre los vivos durante estas fechas. Texto de Homero Adame.
El altar: una vez terminado el altar, en la parte inferior, y oculto a la vista, siempre se pone una calavera de azúcar con semillas, teniendo como significado la fuerza vital eterna; este elemento representa el ciclo de la luna, la oscuridad y la muerte.En algunos casos, donde la influencia de los antiguos mayas sigue vigente aquí entre los tének (huastecos), en vez de ocultar una calavera con semillas se coloca una calabaza también con semillas.

Significado de las Ofrendas


Ofrenda de Muertos


Ofrenda de Día de Muertos.

Ofrenda mixteca de Día de Muertos.
Los materiales comúnmente utilizados para hacer una ofrenda de muertos para el Día de Muertos tiene un significado, y son entre otros los siguientes:
  • Retrato de la persona recordada: El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.
  • Pintura o cromo de las Ánimas del Purgatorio: La imagen de las ánimas del purgatorio sirve para pedir la salida del purgatorio del alma del difunto por si acaso se encontrara ahí.
  • Doce cirios: Aunque pueden ser menos, tienen que ser en pares, y preferiblemente de color morado, con coronas y flores de cera. Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo. Los cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa aparte de agua y sal.
  • Flor de cempasúchil (o flor de cuatrocientos pétalos): Su color representa la luz como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las almas el rumbo por el cual se le guía a casa.
  • Cruz de tierra: Para recordarle su fe, ya que el MIERCOLES DE CENIZA se le dice la frase: "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás", con lo que se le recuerda que regresa a la tierra de la que salió.
  • Calabaza en tacha: Este fruto ocupa un lugar privilegiado tanto en la cocina tradicional prehispánica como en la actual. Es parte de la tetralogía alimenticia del país, al lado del maíz, el frijol y el chile. De ella se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas. En el altar se prepara como dulce: cocida con azúcar, canela, tejocote trozos de caña de azucar o con otros ingredientes, según el gusto de quien cocine. El dulce cristalizado se llama calabazate. La preparación de la calabaza en tacha consiste en introducir dicho fruto en

  •  un cesto de palma que se confita en las calderas donde se fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas de los ingenios se hacía la concentración del guarano o jugo de caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (la mancuerna); una de las calderas era la malera, y la otra la tacha. En la actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente llamada también tacha para bendecir las casas.
  • Papel picado: También se suelen adornar las ofrenda con papel picando que es una artesania mexicana que se elabora con papel de china recortado con figuras de esqueletos y calaveritas.

Cuadrillas.



Niños
Cuadrillas

Dentro de las festividades del Xantolo se realizan las cuadrillas, bailes típicos en los cuales los hombres se disfrazan de mujeres y se ponen mascaras con distintos diseños. Estas personas acuden a las casas a mostrar su bailes al ritmo del son huasteco, de huapangos y de bailes tradicionales como la “danza del comanche”. Los niños desde muy pequeños comienzan a practicar las cuadrillas y de esta manera se van heredando de generación en generación. Las musica mas bailada en estos tiempos son los matlanchines, canciones muy regionales, que nuestros antepasados interpretaban durante esta celebracion que los llenaba de orgullo, y alegria.